Comunidades indígenas aseguran estar en la zozobra de la inseguridad, la desigualdad y el olvido por el actual gobierno
Se
mantienen los altos índices de violencia delincuencial, feminicidios
desaparecimientos, y la mortandad por la pandemia de COVID-19, todo esto por la
falta de respeto a nuestras propias formas de vida y gobernanza de la tierra
que nos fueron expropiadas desde tiempos de la invasión
y colonización, que culminó con las diferentes matanzas como la de 1932.
Al
escuchar el discurso del señor presidente el 1 de junio en la Asamblea
Legislativa, menciona, entre otras cosas, que la oligarquía robo las tierras de
los salvadoreños, le aclaramos que esas tierras no fueron robadas a ningún
salvadoreño, el robo fue contra los pueblos indígenas, además, ese
discurso no cabe en su boca, ya que él es de la misma descendencia de foráneos
acaudalados que han venido a enriquecerse con los bienes de nuestros
territorios, como las familias a quienes él mismo critica, los: Burkard, Saca, Simán, Salaverría, Mata,
Regalado, Dueñas, Guirolas, Hill Tinoco, y hoy, la familia Bukele, en su
mayoría de origen palestino, así como otras descendencias oligarcas.
Pero
le tomamos la palabra, y le pedimos que de verdad haga un acto de constricción
y se declaren las políticas que permitan resarcir los daños históricos a
nuestros pueblos; en primer lugar, devolviendo nuestras tierras expropiadas,
reconociendo efectivamente, y no solo por decreto, nuestra existencia, impulsando
las políticas adecuadas en salud, educación,
bienestar social, cultura indígena, trabajo digno, recreación con
enfoque de respeto a nuestros conocimientos, filosofía y sistema social,
jurídico, político, espiritual y de respeto a nuestra propias formas de gobernanzas
ancestrales. Es decir, reconocer nuestros derechos sociales, económicos y
culturales.
Como
pueblos indígenas no nos sentimos representados por ningún partido político ni por
ningún funcionario en turno de primer y segundo nivel, ni por los funcionarios
que han sido nombrados en instancias como el Ministerio de Cultura, que
supuestamente debe dar respuestas a nuestras demandas históricas; más bien,
ellos pertenecen ahora a una elite intelectual, que han saqueado los
conocimientos de nuestros territorios indígenas.
Así
mimo, es preocupante la falta de espacios
de diálogo con la sociedad en su conjunto y en particular con los pueblos
indígenas, que nos permita tomar verdaderamente la palabra para construir la
política pública para los pueblos y, más bien, el gobierno se ampara en el
discurso que “el pueblo salvadoreño” le ha dado la potestad de hacer lo que
quiera de forma arbitraria e inconsulta, porque obtuvo en las urnas una amplia mayoría
de votos en las elecciones presidenciales y las ultimas elecciones de diputados
al Congreso Nacional. Sabemos que estas decisiones dan como resultado
imposiciones como la destitución del Fiscal General y los magistrados de la
Corte Suprema de Justicia, de igual forma, que haya ordenado desde el ejecutivo
archivar una propuesta de Ley de Agua, que ya había sido discutida ampliamente
desde hace varios años y el intento de
imponer de forma exprés de una nueva Ley de Agua, así como el haber
impuesto la Ley de uso de la moneda Bitcoin, que como pueblos indígenas no
tenemos ni la menor idea de sus implicaciones ante nuestras precarias
economías.
Rechazamos
la intención del órgano ejecutivo de reformar la Constitución de la República, que
busca instaurar un sistema dictatorial, más bien si se habla de esta reforma
debe ser desde las aspiraciones de los pueblos por establecer un Estado
plurinacional y multicultural que reconozca los derechos de los pueblos
originarios que históricamente hemos habitado en estas tierras ancestrales y
que garantice un Estado de derecho que garantice la convivencia de la humanidad
con armonía con la naturaleza.
Finalmente,
como pueblos y comunidades indígenas que pertenecemos al Movimiento de Victimas
Afectadas y Afectados por el Cambio Climático y las Corporaciones, MOVIAC, hacemos
el llamado a la comunidad Internacional a mantenerse en alerta ante cualquier
hecho de violencia y persecución contra nuestros pueblos, comunidades y organizaciones
sociales e indígenas, que mantenemos una postura crítica ante el actuar del presente
gobierno, a los pueblos indígenas, mestizos, afrodescendientes, a que busquemos
maneras de organización y articulación
de acciones para defender nuestros derechos, los derechos de la madre
tierra, y nuestros territorios y no caer en el juego ante la campaña de odio y violencia política permanente, y a
recuperar nuestras autonomías territoriales ancestrales.
Dado
en Siguatehuacan, Santa Ana, a los 20 días del mes de junio de 2021.
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