miércoles, 22 de abril de 2020

Pronunciamiento del MOVIAC con ocasión del COVID-19 en el Día de la Madre Tierra

El Movimiento de Victimas, Afectados y Afectadas por el Cambio Climático y Corporaciones, MOVIAC se solidariza con los pueblos del mundo en un momento en el que enfrentamos una crisis de salud develada por el COVID 19, las pérdidas humanas nos entristecen, en particular porque los impactos siempre son más fuertes en los sectores más empobrecidos y vulnerables. Esta crisis tiene raíces estructurales, es el fruto del modelo de acumulación capitalista, que se basa en la acumulación de capital en pocas corporaciones trasnacionales, la expoliación de la naturaleza y la explotación de mano de obra de los pueblos de la tierra, lo cual a su vez fomenta la codicia, el individualismo, la destrucción y contaminación. Este sistema político económico, ideológico es indudablemente el obstáculo más grande para salir de la crisis.

La estrategia nacional para enfrentar la crisis del COVID 19 comenzó bien, al haber detectado en forma temprana la gravedad del problema, pero siguió con una serie de acciones que no han sido las más adecuadas y tienen como resultado el sacrificio de economías locales que deja sin sustento a grandes grupos de población que pierden sus medios de vida y se someten a una situación de precariedad cada vez mayor, acentuado más su pobreza extrema. Entendemos la necesidad de cuidarnos como familia, como comunidad, como ciudadanas/os de este país y del mundo y que solo podremos salir adelante si actuamos como colectividad; sin embargo, lo que ha hecho el actual gobierno es promover y fortalecer valores individualistas y mezquinos que nos enfrentan entre vecinos, lo que es muy dañino para el tejido social. Esta forma de actuar gubernamental debe parar de inmediato.

El COVID 19 ha mostrado las grandes injusticias estructurales sociales, económicas, políticas y de género que vive nuestra sociedad. Con la cuarentena impuesta se ha generado más trabajo hacia las mujeres, un aumento de la violencia intrafamiliar y los feminicidios. Con los procesos privatizadores se ha vulnerado a poblaciones de adultos mayores, personas con discapacidad y poblaciones con enfermedades sistémicas, ya que para la macroeconomía estos grupos de población representan un gasto innecesario, cuando la realidad del caso es que las personas adultas mayores son las que guardan el conocimiento y experiencias de muchos años y son las que han dado su vida y esfuerzo para que nosotros podamos existir, por lo tanto merecen el cuido amoroso en sus años de vida y no el desprecio que les ofrece este sistema económico imperante en el mundo.

La Madre Tierra en estos tiempos del COVID-19 nos da la oportunidad para sanar y volver a los antiguos principios que rigen la vida armónica con todas las formas de vida que coexistimos. Es tiempo que la humanidad detenga el daño que cada día asesta con mayor fuerza a la vida, a partir de la intervención y explotación de sus bienes como petróleo, oro, agua, tierra y mar. La humanidad debe desaprender las formas de sentir y pensar hacia la Madre Tierra y dejar de concebirla como un mero objeto de lucro, ya que obstaculiza el alcance de una vida equilibrada y armoniosa.

Enfrentamos esta pandemia cuando nuestra insipiente democracia estaba siendo gravemente afectada por el actual presidente quien hace unas semanas quiso dar un Golpe de Estado a la Asamblea Legislativa, impulsando un discurso de miedo, patriarcal, dictatorial y militarista, amenazando los derechos conquistados por los movimientos sociales, que ahora se ven más amenazados ya que la movilización y las demandas sociales se ven reducidas por la cuarentena.

La inseguridad alimentaria es una realidad cuya raíz se encuentra en el desmantelamiento de los propios sistemas productivos de las comunidades, con la imposición del modelo productivo agroindustrial, que se profundiza con medidas derivadas del COVID 19. El desabastecimiento de alimentos es alarmante e inminente, principalmente las mujeres rurales jefas de familia que tienen que rebuscarse para alimentar a su familia, ya que muchas poblaciones ni siquiera pueden salir a preparar las parcelas para las cosechas del próximo periodo agrícola, por esta razón se avecina una situación de hambruna en el pueblo, quedando expuesto a la importación y donaciones de alimentos que con frecuencia no se sabe su procedencia ni su calidad.

Mientras avanza la pandemia y las medidas de cuarentena y la inmovilidad de los movimientos sociales, las empresas extractivistas siguen sus procesos de intervención en los territorios por medio de megaproyectos y políticas para extraer la riqueza, destruyendo la Madre Tierra, los ecosistemas y los bienes comunitarios de los territorios con la complicidad de gobiernos que siguen una línea proveniente de Estados hegemónicos. Esto representa una profundización de las amenazas de proyectos de extracción y contra la vida

Es muy preocupante que en medio de la inmovilidad social se ha implementado de hecho la suspensión de garantías constitucionales en El Salvador, que obedece más a la imposición de un régimen dictatorial apoyado por la fuerza armada, militarizando los territorios, buscando suspender las actividades de nuestros movimientos de resistencia y las voces organizadas, exacerbando los sistemas de represión locales e internacionales.

También es preocupante las presiones inadecuadas que el Presidente ejerce sobre la Asamblea Legislativa, alcaldías de oposición y sobre todo negarse a cumplir las disposiciones de la Sala de lo Constitucional. Nos preocupa la actitud pasiva del Fiscal General de la República ante estos hechos constitutivos de delito.

Es preocupante que el gobierno central no brinde información a la prensa nacional, ya que esto mantiene a la población en ignorancia sobre la grave situación actual.

En el marco de la imposición de las medidas de excepción y la suspensión de las garantías constitucionales se ha evidenciado en muchas partes del mundo un aumento de asesinatos, desapariciones, amenazas contra luchadores sociales y ambientales que defienden los derechos humanos y derechos de la Madre Tierra. De igual forma estas políticas de aislamiento social han aumentado los feminicidios y el encierro de líderes sociales en centros de contención bajo pretextos que han violado las medidas de cuarentena decretadas por los Estados.

AFIRMAMOS

Las organizaciones, pueblos indígenas, comunidades locales, y territorios que conformamos el MOVIAC consideramos que la actual pandemia del COVID-19 es una manifestación muy clara de la crisis civilizatoria y de un modelo económico que se basa en el extractivismo desmedido en función de una sociedad extremadamente consumista, que enferma y maltrata a la Madre Tierra y a la humanidad en el campo y la ciudad, pero que hoy como pueblos y organizaciones consientes de todos estos daños nos da la oportunidad de volver a conectarnos con nuestra Madre Tierra, para sanar heridas históricas y no permitir que el modelo extractivista, patriarcal, racista misógino y hegemónico continúe impunemente.

Hacemos un llamado a no abandonar la producción alimentaria en el campo y a promoverla en la ciudad, así como recuperar y revitalizar la conexión con la Madre Tierra, promoviendo la agroecología, recuperación de semillas nativas, soberanía alimentaria y medidas de salud pública, popular y tradicional, consumiendo alimentos sanos, sin agrotóxicos para mantener un fuerte sistema inmunológico. Llamamos a todos los pueblos a preferir el consumo de alimentos locales en vez de los producidos por la industria de alimentos trasnacionales.

Los pueblos, organizaciones y territorios debemos restablecer nuestras autonomías territoriales de forma tal que podamos recuperar gobernanzas comunitarias en regiones urbanas y rurales, para el resguardo de bienes comunales y naturales y sanar a la Madre Tierra, nuestra vida y la vida de los otros seres de forma que logremos recuperar la armonía en nuestros territorios.

BAJO ESTA CRISIS EL MOVIAC DEMANDA:

- Detener todos los proyectos privatizadores ya que la pandemia del COVID19 ha demostrado que dejar los servicios básicos en manos privadas, incrementa las crisis como la de salud donde la mayoría de países han desmantelado los sistemas de salud pública, necesitamos sistemas de salud públicos, solidarios, eficientes, con personal altamente calificado.

- No seguir permitiendo que las corporaciones del agronegocio se hagan cargo de la alimentación de nuestras poblaciones ya que han envenenado nuestros campos y enfermado a las personas y cuando se presentan crisis como la del COVID 19 se encuentra con poblaciones vulnerables.

- Contar con reservas de granos a nivel nacional, lo que permitirá al país dar una respuesta más oportuna a la crisis, que no nos vuelva más dependiente de préstamos y exigencias de la banca mundial y el Fondo Monetario Internacional.

- Atender a las comunidades más vulnerables, en particular a las necesidades más básicas de poblaciones empobrecidas como son los adultos mayores, los campesinos/as y las personas con discapacidad, sobre todo niños, niñas y mujeres. Esto demanda contar con una institucionalidad y funcionarios/as competentes que cuenten con estrategias para minimizar los impactos de las crisis que se nos presenten en estos sectores.

- Apoyar a pequeñas empresas para que después que se supere la emergencia puedan continuar activas, principalmente cuando son mujeres quienes las lideran.

- Incluir la participación activa de las organizaciones locales de personas con discapacidad para la implementación de medidas preventivas, informativas y de reparación que se planifiquen y ejecuten.

- Detener los despidos de las empresas en estos tiempos de cuarentena y denunciar a las que están desmejorando los salarios.

- Investigar y castigar los feminicidios que han ocurrido en estos tiempos de cuarentena.

- Respetar la organización de pueblos indígenas, comunidades locales y territorios ancestrales, ya que han visto amenazados sus mecanismos de organización de autonomías territoriales, por la imposición de las políticas nocivas de control territorial desde los Estados, con el supuesto objetivo de controlar la pandemia.

- La pronta aprobación del derecho humano al agua, ya que se ha acrecentado la vulnerabilidad de la salud, asociada a la falta de acceso al agua, tan necesaria para las medidas de sanidad requeridas para hacerle frente a la pandemia. Al momento, hay comunidades urbanas y rurales que siguen sin recibir un servicio de agua potable de forma regular y la situación de aislamiento social incrementa las posibilidades de impacto de la pandemia, mientras se orienta de forma publicitaria que hay que mantener hábitos de salud.

- Una profunda discusión para ir desarrollando un sistema político, económico, ideológico, que sea armónico con la Madre Tierra y se fundamente en la justicia entre sus habitantes, evitando todo signo patriarcal, violento y acaparador.



Luchamos por la defensa de la vida y los territorios


Dado a los 22 días del mes de abril del 2020.